A partir de su experiencia de vida, Carlos Sánchez Maydana, nos introduce en un mundo de ausencias, un camino laberíntico, raído, suspendido, un espacio que fue o será, una espera que nos obliga a hacer una pausa reflexiva sobre la temporalidad.
Del mismo modo que Platón en la alegoría de la caverna, alude la realidad de Sócrates en su intento por ayudar a la gente a llegar a la verdad, teniendo como respuesta el ser condenado a muerte, Carlos Sánchez Maydana genera espacios cargados de teatralidad, imágenes que ofrecen una realidad fingida en la que se entrevé una verdad mayor.
A través de la pintura al óleo, el dibujo al grafito y las esculturas ready-made sustancia un largo camino de laberintos, madejas y tabiques que ponen de manifiesto la eterna búsqueda de lo esencial a través de una seria introspección.
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